En 1922 se descubrió la tumba del faraón Tutankhamón, en el valle de los reyes. La noticia causó gran impacto en todo el mundo. Entre los diversos enseres encontrados en el interior del mausoleo, se recuerda, sobre todo, a la imagen de la máscara funeraria de oro.
Sin embargo, hay otras piezas que incluso pueden tener cierto valor científico y que, además, son francamente bellas. Estamos hablando, en concreto, de un colgante con un gran escarabajo de vidrio de sílice. El origen de esta piedra preciosa esconde un misterio más que interesante. Vamos a descubrirlo.