Anunnakis : Origenes Humanidad
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martes, 8 de noviembre de 2016

¿La raza humana podría ser extraterrestre y ni siquiera saberlo?


De acuerdo a un polémico libro escrito por un reconocido ecologista, los humanos no evolucionaron junto con otras formas de vida en la Tierra. De hecho, la raza humana no ha evolucionado a partir de una cepa de la vida, en particular, sino que evolucionó en otro lugar y fue transportado a la Tierra (ya como un Homo sapiens plenamente evolucionado) hace entre 60.000 y 200.000 años

miércoles, 13 de febrero de 2013

¿De dónde venimos? ¿Porqué el mono tiene 48 cromosomas y nosotros 46? Anomalía cromosoma Humano

Cromosoma
¿Realmente venimos del mono? La teoría Darwinista es sabido por todos tiene un llamado "Escalón perdido" El cual no puede afirmar ni verificar que procedemos del mono. No podrá jamás ya que no tiene sentido alguno. Si viniéramos del mono tendríamos los mismos Cromosomas y no es así. 
Tenemos 46 Cromosomas (23+23)
El mono tiene 48 Cromosomas.
La evolución en ningún caso hace perder cromosomas. 
Ademas el ser humano tiene el cromosomas 2 y 3 ligados. Eso no es pasto de la naturaleza, ni de ninguna evolución. Muchos científicos saben que solo puede ser obra hecha de "forma Artificial".
¿Porqué otros animales no han evolucionado de la misma manera? Como el cocodrilo, por ejemplo, que es un animal prehistórico.



lunes, 16 de abril de 2012

EL MISTERIO DE SIRIO

Es bueno tener presente que Sirio B no sólo es invisible al ojo desnudo, sino que resultaba invisible para los telescopios más poderosos hasta hace algunas décadas; además, para poder determinar su peso y el período de su rotación, son necesarios instrumentos de precisión y conocimientos matemáticos muy avanzados. Debemos saber también que los dogon son una tribu que apenas ha llegado un poco más allá de la Edad de Piedra.
¿Cómo pueden saber estas cosas? Dicen que las saben porque un visitante de Sirio se las dijo, hace varios miles de años.
El Dr. Temple ha descubierto menciones y símbolos relativos a Sirio en buena parte del mundo antiguo, sobre todo en Egipto y Babilonia. Encontró, por ejemplo, que todo el calendario egipcio giraba en torno a los movimientos de esta estrella; que para los antiguos iniciados egipcios, la diosa Isis era un símbolo de Sirio y el dios Osiris (esposo de Isis) simbolizaba a la Compañera Oscura de Sirio (aclaramos que una enana blanca, como Sirio B, es una estrella que ya no brilla porque ha consumido totalmente aquellos recursos que le permitían hacerlo).
A partir de antiguas inscripciones, Temple demuestra que una de las imágenes más conocidas de Isis, con una estrella sobre ella, otra a sus pies en el agua y la otra en la tierra, era un símbolo de la conexión entre nuestro planeta con Sirio; sin saber que esta imagen aparece en una de las cartas del Tarot... "La Estrella".

¿Hubo un contacto?

Por medio de un detallado examen de los mitos egipcios, babilónicos y dogon, el Dr. Temple afirma que existió un contacto con seres provenientes del sistema solar de Sirio en la región de Sumeria, aproximadamente en el año 4500 antes de Cristo. Los pueblos de aquel entonces incorporaron a sus mitologías tal encuentro y los conocimientos obtenidos a través de él, y con el tiempo sus tradiciones se expandieron hacia otros lugares, llegando sus rastros hasta nuestros días.

aprox.
30000 a.c.
Chamanismo
aprox.
4000 a.c.
Contacto con Sirio
aprox.
1000 a.c.
Mitos egipcios y babilónicos - Tantra indio - Taoísmo - Cultos ortodoxos (hindú, budista, islámico, cristiano, etc.)
Gnosticismo - Tantra - Taoísmo
La Ruta de la Seda
(Roma - Norte de India )
aprox.
700 d.c.
Sufíes
aprox.
1000 d.c.
Caballeros Templarios
aprox.
1600 d.c.
Hermetismo - Alquimia - Paracelso
Giordano Bruno - Rosacruces - Francmasonería - Dr. John Dee
aprox.
1800 d.c.
Los Iluminados
Goethe - Golden Dawn - Ordo Templi Orientis
aprox
1900 d.c.
Wilhelm Reich - Aleister Crowley - G. I. Gurdjieff
Presente

Algunos arqueólogos señalan que, entre los años 4500 y 3500 a. C., los pueblos de la región de Egipto y Sumer pasaron de ser culturas en estado primitivo de carácter tribal a civilizaciones prósperas basadas en monarquías, con un amplio desarrollo de las ciencias, artes y oficios, todo ello en un tiempo relativamente breve en términos históricos; algo casi imposible para cualquier pueblo de aquella época. Hombres de ciencia como Temple sugieren que este avance se debió al contacto con seres mucho más avanzados, y no falta quien relaciona esto con la Atlántida.
Un dato que coincide con estas teorías es que la antigua mitología egipcia habla de sus dioses como seres que llegaron al país e instruyeron a los pobladores acerca de ciencias, artes y mucho más.

lunes, 19 de marzo de 2012

Homoquiralidad


Creemos conveniente parece muy interesante el tema. Si existe una "prueba científica" dónde los científicos eluden esta prueba, que se llama "homoquiralidad" . Dónde dice que las condiciones que se dierón para formar el universo solo se dierón una vez. Por eso no se ha conseguido volver a recrear vida. Fuerón tan perfectas esas condiciones de vida del 50%-/50% que de pura matématicas se trata. Por tanto esas condiciones fuerón generadas. Todos los ingredientes justos de una olla a presión para ese cocido exacto.Ayer Iker jimenez, en cuarto milenio, lo comentaba. Nos hemos informado por varias fuentes, la verdad hay muy poca información sobre esto. Es interesante compartir este tema, aquí os dejo más información al respecto.

El Origen de la vida en la Tierra: la "natural" asimetría de las moléculas biológicas puede haber llegado desde el espacio

 

Ciertas moléculas existen en dos formas que son imágenes simétricas especulares entre sí: se les conoce como moléculas quirales. En la Tierra, las moléculas quirales relacionadas con la vida, especialmente los aminoácidos y los azúcares, existen en una sola de sus formas, “zurdas o diestras” (L ó D, Levógiras o Dextrógiras). ¿Por qué la vida ha elegido una forma sobre la otra?. Un consorcio que reúne a varios equipos franceses dirigido por Luis d’Hendecourt, investigador senior del CNRS en el Instituto de Astrofísica Espacial (Université Paris-Sud 11 / CNRS), ha obtenido por primera vez un exceso de moléculas “zurdas” (y luego un exceso de handedones “diestros”) en condiciones que reproducen las que se encuentran en el espacio interestelar.

Este resultado apoya la hipótesis de que la asimetría de las moléculas biológicas en la Tierra tiene un origen cósmico. Los investigadores también sugieren que la nebulosa solar se formó en una región de estrellas masivas. Este trabajo ha sido publicado “online” en la página web de The Astrophysical Journal Letters. El experimento se llevó a cabo en las instalaciones de sincrotrón SOLEIL en colaboración con el “Laboratoire de Chimie des molécules bioactives et des arômes” (Université de Nice / CNRS) y con el apoyo del CNES.
Las moléculas quirales son moléculas que pueden existir en dos formas (enantiómeros), que son imágenes simétricas especulares entre sí, una zurda y otro diestra. 

Por ejemplo, nuestras manos son quirales, ya que presentan dos formas, la mano izquierda y la mano derecha, ambas son simétricas entre sí, con su imagen en espejo pero no superponible. Las moléculas biológicas son en su mayoría quirales, con algunas formas favorecidas sobre otras. Por ejemplo, los aminoácidos que componen las proteínas sólo existen en una de sus dos formas de enantiómeros, la forma “zurda” (L) o forma levógira. Por otro lado, los azúcares presentes en el ADN de los organismos vivos son los únicos “diestros” (D) o dextrógiros. Esta propiedad que las moléculas presentan en los organismos vivos, de estar presentes solo en una sola de sus dos formas estructurales se llama homoquiralidad.
¿Cuál es el origen de tal asimetría en el material biológico? Hay dos hipótesis: Una postula que la vida se originó a partir de una mezcla que contiene un 50% de un enantiómero y el 50% de otro (conocida como una mezcla racémica), y que progresivamente la homoquiralidad ha surgido durante el curso de la evolución. La otra hipótesis sugiere que la asimetría que lleva a la homoquiralidad precedió a la aparición de la vida y era de origen cósmico. Esta hipótesis está apoyada por la detección de excesos L en ciertos aminoácidos extraídos de meteoritos primitivos. De acuerdo con este escenario, estos aminoácidos fueron sintetizados no racémicamente en el espacio interestelar llegando a la Tierra mediante gránulos de cometas y meteoritos.

Para dar más peso a esta hipótesis, los investigadores primero reprodujeron análogos de hielos interestelares y de cometas en el laboratorio. El aspecto novedoso de su experimento fue que, con la línea de luz del DESIRS en las instalaciones del sincrotón SOLEIL, los hielos fueron sometidos a la radiación ultravioleta polarizada circularmente (UV-CPL), imitando las condiciones encontradas en algunos entornos de espacio. Cuando el hielo se calienta, un residuo orgánico se produce. Un análisis detallado de esta mezcla reveló que contenía un exceso significativo enantiomérico de un aminoácido quiral, la alanina. El exceso, que fue de más del 1,3%, es comparable a la medida existente en los meteoritos primitivos. Los investigadores han logrado la producción, en condiciones interestelares, de las moléculas asimétricas relacionadas con la vida desde una mezcla que no contiene sustancias quirales. Esta es la primera vez que un escenario que explica el origen de esta asimetría ha sido demostrado mediante un experimento que reproduce una síntesis del todo natural.
Este resultado refuerza la hipótesis de que el origen de la homoquiralidad es prebiótico y cósmico, es decir, verdaderamente interestelar. 
De acuerdo con este escenario, la llegada de materia orgánica extraterrestre que contiene un exceso enantiomérico sintetizado por un proceso de astrofísica asimétrica (en este caso, la radiación UV CPL) es la causa de la asimetría de las moléculas de la vida en la Tierra. Este material puede incluso haberse formado fuera del sistema solar. Por último, la nebulosa solar puede haberse formado en las regiones de formación estelar masiva. En estas regiones se ha observado la radiación infrarroja circularmente polarizada en el mismo sentido. Estos resultados implican que la selección de un enantiómero aislado de las moléculas relacionadas con la vida observada en la Tierra no es el resultado de la casualidad sino de un mecanismo físico determinista.

lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Dioses que bajaron de SIRIO?


El reciente descubrimiento de que Sirio es, en verdad, un sistema estelar triple, está levantando todo tipo de controversias. Y es que, lo que nuestra astronomía acaba de reconocer, era ya sabido por pueblos antiguos como los egipcios o la tribu de los dogones en Malí. Y lo sabían, al parecer, porque un día descendieron unos “dioses instructores” de ese sistema y se lo contaron.
La noticia nos sobrecogió. Dos investigadores franceses, D. Benest y J.L.Duvent, hacían público hace escasas semanas el resultado de sus últimas investigaciones en torno a la estrella, la más brillante del firmamento y ubicada a unos 8,7 años luz de la Tierra.
Según sus conclusiones Sirio es, en verdad, un sistema estelar formado por tres estrellas y no por dos, como desde mediados del siglo pasado asegura nuestra astronomía; y lo pudieron averiguar al estudiar con detenimiento las variaciones en la órbita del sistema de Sirio desde 1862 hasta nuestros días, lo que les llevó a pensar que un tercer cuerpo estelar estaba influyendo en su recorrido.
Benest y Duvent dedujeron, además, que la nueva Sirio C es una enana roja, una clase de estrella quinientas veces menos masiva que el Sol y muy poco brillante, para cuyo descubrimiento óptico – que todavía no se ha confirmado – será necesario utilizar los más potentes telescopios en un futuro inmediato.
Pero lo que realmente nos sobrecogió de la noticia fue que la conclusión a la que han llegado estos dos investigadores galos recientemente, era ya de sobra conocida por algunos de los pueblos más antiguos de África, como los egipcios y los dogones. Estos últimos, que actualmente viven en la planicie de Bandiagara, en las montañas Hambori de Mali veneran desde tiempos inmemoriales a la estrella Sirio a la que parecen conocer hasta en sus detalles más íntimos.

En 1931 el antropólogo francés Marcel Griaule visitó por primera vez a esta tribu, descubriendo que en sus tradiciones más sagradas y secretas se hablaba de una estrella compañera de Sirio, a la que llamaban Po Tolo, y de la que sabían que tarda cincuenta años en completar una órbita en torno a ésta y que, además, es extraordinariamente densa, lo que es rigurosamente cierto. Por si esto fuera poco, los dogones sabían de la existencia una tercera estrella a la que llaman Emme Ya (y que corresponde a la recién descubierta Sirio C), de la que dicen es “cuatro veces más ligera que Po Tolo aunque que tarda el mismo tiempo que ésta en completar su órbita alrededor de Sirio A.
Aquellos conocimientos, que Griaule completó quince años más tarde con otras investigaciones de campo que realizó junto a la etnóloga Cermaine Dieterlen, fueron considerados en principio pura mitología; pero aún con todo, en medios académicos, escépticos como E.C. Krupp, director del Observatorio Criffith de Los Ángeles y uno de los mas reconocidos especialistas mundiales en arqueoastronomía, reconocieron que – además de su conocimiento sobre Sirio – era difícil explicar cómo conocían también los anillos de Saturno o las cuatro lunas galileas de Júpiter, descubiertas por Galileo Galilei dogones hablasen de ellas, gracias a su primer telescopio. siglos después de que los

Los orígenes del saber

Además de los dogones, otros pueblos vecinos como los Bambara, los Bozo de Segu y los Miniaka de Kutiala, comparten desde tiempos inmemoriales idénticos conocimientos sobre Sirio, en torno a cuyo sistema gira buena parte de la vida ritual de estas gentes. Cada cincuenta años, por ejemplo, y cumpliendo estrictamente con el “ciclo u órbita de Sirio B alrededor de Sirio A, estas tribus celebran sus ritos de renovación a los que llaman Fiestas Sigui, en honor a Sigui Tolo que es como conocen a Sirio A. Es entonces cuando elaboran complejas máscaras de madera para celebrar la entrada del nuevo ciclo, que después almacenan en un lugar sagrado y donde los arqueólogos han podido encontrar piezas que datan, al menos, del siglo XV. Ahora bien, ¿de dónde obtuvieron los dogones en ‚ época tan remota sus precisos conocimientos astronómicos?
Griaule y Dieterlen prefirieron limitarse a describir aquello que les fue transmitido por los dogon, o jefes de cada pueblo iniciados en el secreto de Sirio, sin hacer una valoración de sus hallazgos. Pero en 1970 Cenevieve Calame-Griaule publicó en un libro que tituló Génesis Negro, algunas de las notas que su padre Marcel no se atrevió a dar a la luz. En ellas se describía como los dogones creían en un dios hacedor del Universo al que llaman Amma, que mandó a nuestro planeta a un dios menor, al que conocen como Nommo, para que sembrara la vida aquí. Nommo descendió a la Tierra y trajo semillas de plantas – describe una de las tradiciones recogidas por Griaule de boca de un dogon llamado Ogotemmeli -, que habían ya crecido en campos celestes… Después de crear la Tierra, las plantas y los animales, Nommo creó a la primera pareja de humanos, de los que más tarde surgirían ocho ancestros humanos, que vivieron hasta edades increíbles.

La conexión egipcia

De Nommo, los dogones dicen también que era una criatura anfibia – probablemente muy parecida al dios babilónico Oannes -, y que regresó al cielo en un arca roja como el fuegoRobert K.C. Temple, un lingüista norteamericano miembro de la Royal Astronomical Society británica y afincado en Londres, publicó un osado libro que tituló El Misterio de Sirio, en el que aventuró que Nommo fue un extraterrestre que dejó en la Tierra, hace entre siete y diez mil años, toda clase de pistas sobre su origen estelar. “Cualquier otra interpretación de las citadas pruebas no tendría sentido, concluyó Temple. Y quizás no le faltase razón, pues sus argumentos, lejos de haber sido refutados con el tiempo, se ven reforzados por descubrimientos como el de Sirio C que ya anunció en su obra hace casi veinte años. después de cumplir con su tarea. Pues bien, con todos estos datos, en 1976
Pero el conocimiento del sistema triple de Sirio no fue patrimonio exclusivo de los dogonesLos antiguos egipcios, por ejemplo, mostraban una gran veneración hacia la “estrella del Perro” o Sirio, que se encuentra en la constelación del Can Mayor. Fue sir Norman Lockyer, astrónomo británico fundador de la revista Nature, el primero en darse cuenta de que muchos templos egipcios estaban alineados hacia Sirio, cuya aparición y desaparición en los cielos sirvió como base a uno de los dos calendarios usados en Egipto. El primero de ellos era de uso popular y de escasa complejidad matemática estableciendo la duración del año en 365 días exactos, pero el basado en Sirio además de servir para fechar cuestiones sagradas y dinásticas, se fundamentaba en observaciones astronómicas extraordinariamente precisas y establecía la duración del año en 365,25 días. y de los pueblos vecinos, lo cual nos obliga a abrir aún más el radio de esa supuesta influencia extraterrestre en el pasado.
Se comprobó, por ejemplo, cómo muchos de los templos egipcios, orientados hacia el sol naciente (lo que dio pie a que los arqueólogos especulasen con la existencia de una religión solar), estaban flanqueados por dos obeliscos que, ubicados en un lugar previamente determinado, servían a los sacerdotes para ver sobre la línea del horizonte por donde salía el sol a lo largo del año, pudiendo marcar así el inicio de los solsticios de verano e invierno.

Aquel control del Sol sirvió a los egipcios para comprobar que había un día en el que Sirio y el Sol salían por el mismo punto.
Comprobaron igualmente que cada cuatro años Sirio se retrasaba un día en acudir a su cita, lo que originó el ciclo de Sirio o sóthico en honor de la diosa Isis o Sothis que se cumplía cada 1460 años; es decir, pasado ese periodo de tiempo el calendario sóthico y el vulgar volvían a coincidir al inicio del año nuevo (1460 años X 0,25 días de error = 365 días).
Este calendario sóthico ha permitido fechar con precisión acontecimientos que sucedieron 43 siglos antes de Cristo, lo cual demuestra que hace ya más de cuatro mil años los egipcios conocían estos ciclos.
¿Cuándo, pues, hicieron ‚ éstos sus observaciones de Sirio para establecer su calendario? ¿Acaso fue este un conocimiento llegado por los mismos dioses de los dogones y una nueva pista sobre su origen? La identificación de Sirio con la diosa Isis (la Señora de los Dos Fuegos), refiriéndose a sus dos estrellas más grandes, A y B, fue confirmada hace ya varias décadas por los estudiosos Otto Neugebauer y Richard Parker. Lo que nunca supieron interpretar fue el por qué‚ en la iconografía egipcia Isis iba a menudo acompañada de las diosas Anukis y Satis, que ahora, desde luego, pueden entenderse como Sirio B y Sirio C.
Otra clave simbólica puede tener que ver con Osiris, mitológicamente hermano y compañero de Isis y encarnación de la Tierra, cuyo nombre en jeroglífico es representado frecuentemente como un ojo sobre o bajo un trono, lo que podría dar lugar a pensar en la rotación de nuestro planeta (y, por ende, de todo el sistema solar) en torno a Sirio. No en vano Kant definió a Sirio como “el Sol de nuestro Sol“, hipótesis que llevó a muchos astrónomos decimonónicos a establecer la distancia entre Sirio y nosotros como “unidad astronómica. Y lo chocante es que los dogones conocían a Sirio A también como la “estrella sentada“. ¿Simple casualidad?.

Las pirámides apuntan al cielo

A ella no puede, desde luego, recurrirse cuando se averigua – como hizo el astroarqueólogo ruso Vladimir Rubtsov – que el antiguo vocablo iranio que se usaba para referirse a SirioTistrya, palabra que se origina en el vocablo sánscrito Tri-Stri, y que significa tres estrellas! Es decir, que el conocimiento de que Sirio es un sistema estelar triple fue casi universal en nuestro más remoto pasado. ¿Pero por qué? ¿Quién difundió semejante “secreto”? Los egipcios posiblemente hicieron evidente ese secreto en la meseta de Giza, junto a El Cairo, precisamente gracias a las tres monumentales pirámides que allí pueden contemplarse. No en vano cada día somos más quienes creemos que la Gran Pirámide fue en verdad un templo – y no una tumba – dedicado a Isis, la diosa que encarna a Sirio A, y en cuyas medidas y proporciones fundamentales se encuentran encerrados saberes relacionados con el monumento original de la pirámide de Micerinos, antaño cubierta por losas de granito de este color. era
Por la misma regla de tres, la ciencia algún día podría llegar a comprobar que las tres pequeñas pirámides satélite que hay junto a la de Keops representan tres planetas junto a Sirio A, al igual que las otras tres pirámides menores que flanquean a Micerinos (Sirio C). Curiosamente esta disposición no sitúa ninguna pirámide menor junto a Kefrén, quizá por lo que los astrónomos ya saben: el enorme peso gravitacional de Sirio B hace imposible que ningún planeta orbite en torno suyo sin ser fatalmente atraído hacia la estrella.

Frente a esta hipótesis, en el último año se ha acuñado otra no menos interesante. En 1994 los investigadores Robert Bauval y Adrian Gilbert hacían público que tres de los cuatro canales de ventilación de la Gran Pirámide estuvieron orientados hacia estrellas concretas. Así el canal norte de la cámara del Rey miró hacia Alpha Draconis, el canal norte de la cámara de la Reina hacia la estrella más baja del cinturón de Orión (las tres estrellas centrales de la constelación) , y el canal sur de esta misma cámara hacia Sirio.
Su particular “descubrimiento” les llevó a formular su aventurada “teoría de la correlación con Orión” de la que se desprende que las pirámides de Giza son una réplica exacta del cinturón de Orión y que el Nilo así como el resto de pirámides egipcias ocupan los lugares correlativos a la Vía Láctea y otras estrellas importantes.
Pero hay más. La orientación de los canales de la Gran Pirámide corresponde – según Bauval y Gilbert – a la posición de las tres estrellas citadas en el 2450 a.C” aunque la ubicación de las pirámides marca el lugar del cénit donde estuvo Orión en el 10450 a.C.

Una estrella fascinante

Lo que proponen ambos investigadores para explicar esta diferencia cronológica es que, si bien la Gran Pirámide fue erigida en el 2450 a.C. (perpetuando así la falsa tesis arqueológica oficial de que fue construida por Keops), en cambio conmemoran un acontecimiento remoto que tuvo lugar en el 10450 a.C. Pero, ¿cual? Independientemente de cual de las dos hipótesis para la disposición de las pirámides de Giza est‚ más próxima a la verdad, lo cierto es que la vinculación de Sirio y Orión, al menos desde un punto de vista astronómico, es innegable, pues los egipcios sabían que Orión se perdía tras el horizonte una hora antes que Sirio, lo que sirvió de referencia también para el establecimiento del calendario sóthico.
En definitiva, pese a toda la evidencia expuesta, los historiadores prefieren seguir ignorando el porqué de la fascinación que ejerció sobre los egipcios (y sobre otros pueblos tan alejados de ellos como chinos o dogones) la estrella Sirio, aunque todos ellos se esforzaron en aclararnos estas dudas en sus templos y mitos: sus “dioses instructores” descendieron un día lejano de aquel sistema triple y habitaron quizá entre nuestros antepasados.

Fuente: bibliotecapleyades.net

martes, 22 de noviembre de 2011

Verdaderos Origenes de la Humanidad

 Origenes de la humanidad


Los humanos no evolucionaron en la Tierra de forma natural. Durante millones de años lo que evolucionó naturalmente fueron las distintas especies de monos que la ciencia considera nuestros ancestros. Pero a partir de varios centenares de miles de años, grupos alienígenas avanzados empezaron modificando a aquellos monos primitivos para que fueran más inteligentes y diestros, a fin de poder utilizarlos en trabajos como esclavos.

A partir de ese momento, estas especies más adelantadas fueron prosperando más y más, pareciéndose cada vez menos a los monos, y cada vez más a los propios alienígenas. Otros grupos alienígenas realizaron sus propias modificaciones, crearon sus propios tipos de humanos exclusivos, insertando genes procedentes de varias razas alienas diferentes.
Esto condujo a una gran diversificación de las especies humanos, diferencias en el color de la piel, tipos de cabello y otros rasgos menos obvios. Que los aliens modificaran genéticamente a la humanidad significa tan solo que crearon nuestros cuerpos, no nuestras almas. El alma es al cuerpo lo que el conductor a su coche. Cuando una empresa fabricante de coches lanza un nuevo modelo, el conductor puede adaptarse al nuevo modelo.

La gente de hoy en día conduce modelos que lucen muy diferente a los que la gente conducía hace aproximadamente un siglo. Lo mismo ocurre con los cuerpos que nuestras almas utilizan hoy en día, en relación a los que ocupaban en los albores de la humanidad. Las distintas razas de gente que vemos hoy se originaron de diferentes grupos alienígenas, que los fabricaron para adaptarse a distintos medios y propósitos.
De hecho, los blancos con cabellos y ojos muy claros no estaban pensados para vivir en la Tierra, sino que fueron creados para existir en planetas más lejanos, en los que la luz diurna era más amortiguada. Una teoría sugiere que existía un planeta entre Marte y Júpiter que fue destruido hace mucho tiempo, obligando a sus habitantes de piel clara a evacuar al planeta próximo más compatible, la Tierra. La aparición de gente blanca en la historia humana ocurrió tan rápidamente que la evolución natural no puede explicarlo.

Dado que no es su planeta natural, sufren mayores problemas de salud, tales como sensibilidad a la luz, acné, y quemaduras solares, que las otras razas más adaptadas a las condiciones de la Tierra. El punto importante es que los humanos existen por toda la galaxia, variando principalmente en su apariencia exterior y en sus habilidades congénitas, según qué grupo alienígena lo hizo.
Mientras que algunas almas humanas se originaron sólo hace poco, procedentes del reino animal, otras son mucho más viejas que incluso la creación de las especies humanas. Estas almas antiguas existieron una vez en un estado más elevado y menos físico, pero escogieron descender en cuerpos humanos más densos, a fin de adelantar con la estimulante experiencia.
El precio fue olvidar quiénes eran realmente, vivir en condiciones primitivas y violentas durante miles de vidas, ser utilizados como esclavos, y proveer energía del alma a los grupos alienígenas negativos que habían creado aquellos cuerpos físicos. Pero hoy en día hemos llegado al punto en que estas almas antiguas pueden finalmente tener la oportunidad de recuperar sus antiguas identidades y poderes, esta vez con todo el conocimiento adicional y la fortaleza que han obtenido, por ser humanos durante tanto tiempo.

Lo que más han ganado ha sido en sabiduría y discernimiento, la habilidad de pensar y distinguir la diferencia entre la verdad y el engaño, algo que no eran capaces de hacer antes de entrar en una forma humana, porque eran aislados e ingenuos como niños inocentes y sobre protegidos.
Esta es una interpretación de la historia de Adán y Eva: dos personas inocentes (almas antiguas pero ingenuas) a las que la “serpiente” (los aliens reptiloides) tentaron para que comieran del Árbol del Conocimiento (la oportunidad de aprender a discernir) y que fueron por tanto arrojados del paraíso (la existencia etérica superior) al desierto (la existencia física).

Cuando la civilización empezó de nuevo

Lo que hoy en día se acepta como la historia de la civilización humana apenas se remonta más allá de diez mil años atrás, empezando con las escrituras grabadas en las tabletas de arcilla por las antiguas culturas de Oriente Medio, conocidas como los Sumerios y más tarde los Babilonios.
Con anterioridad a esos tiempos no se dispone de otros grandes registros escritos, por lo que se supone que antes de esos diez mil años los humanos eran cazadores y recolectores primitivos, hasta que finalmente se aposentaron en pueblos y ciudades, aprendiendo a cultivar y domesticar animales.
Esta versión de la historia, enseñada en las escuelas, es trágica y peligrosamente incompleta.
Miles de años antes incluso de que aparecieran los Sumerios florecía una avanzada civilización denominada de los Atlantes. Abarcaba varios continentes y poseía una tecnología incluso más sofisticada que la nuestra actual. ¿Cómo se las compuso esta avanzada civilización para llegar a ser poco más que primitivos cazadores y recolectores, que posteriormente desarrollaron las antiguas culturas que conocemos?
Atlantis se vino abajo al ser devastada por un desastre global. La leyenda dice que el continente de Atlantis fue barrido por una inundación, hundiéndose bajo los océanos como castigo por haberse corrompido y maleado.

Las cumbres de las montañas se convirtieron en islas rodeadas de agua, hacia las que se refugiaron con sus barcos los supervivientes de la inundación. Estos supervivientes utilizaron entonces el conocimiento, y la tecnología que habían rescatado, para construir asentamientos y empezar de nuevo la raza humana. Pero su conocimiento y tecnología fue paulatinamente perdiéndose a través de generaciones de turbulento crecimiento y migración.
Diferentes regiones se convirtieron en el hogar de diferentes grupos de supervivientes, que permanecieron aislados unos de otros, algunos degenerando rápidamente, y otros desarrollándose de forma rápida hacia niveles más avanzados para acabar sucumbiendo a la guerra, la inanición o la enfermedad.
Se desarrolló una división entre la minoría sofisticada de supervivientes, que conservaban su elevado conocimiento y tecnología, y la mayoría que se degradó en culturas primitivas. Los sofisticados se escondieron viviendo en bases subterráneas, cuevas, montañas remotas, y fortalezas imponentes. La mayoría para ganar el tiempo suficiente para trabajar con cualquier grupo alienígena, deseoso de ayudarlos a concebir y llevar a cabo un plan a largo plazo para reconstruir la civilización humana.
Cuando estuvieron preparados, se aventuraron en el exterior, y enseñaron a las masas primitivas cómo cultivar la tierra y domesticar animales, siendo a menudo percibidos como dioses benevolentes por los primitivos. El resto es historia.

Tras la caída de Atlantis, los supervivientes más avanzados, que se convirtieron en arquitectos de la nueva civilización, acordaron que era necesario reconstruir las cosas desde abajo, para borrar la memoria de aquel cataclismo y encubrir los que se fueran produciendo, a fin de que finalmente la humanidad se desarrollara una vez más en un escenario avanzado, aunque estable y controlable.
A partir de entonces, la Tierra ha sufrido varios desastres, que van desde una antigua guerra nuclear, hasta el bombardeo por objetos procedentes del espacio exterior. Sin embargo, todo esto nos ha sido ocultado, a excepción de las pocas migajas de verdad preservadas en mitos y textos religiosos. Por ejemplo, la Tierra fue alcanzada hacia el 535 A.C. por una lluvia de fragmentos incandescentes de cometas, que sumergieron a Europa en una Edad Oscura. Sin embargo, también esto fue encubierto, y lo que hoy se nos enseña es que la Edad Oscura empezó cuando el Imperio Romano fue invadido por las hordas bárbaras, omitiendo mencionar que si los bárbaros pudieron hacerlo fue porque el Imperio se hallaba debilitado por el caos de los incendios.

El punto está en que lo que se nos enseña sobre la historia es intencionadamente incompleto, y parcialmente falso, para que, manipulando nuestra percepción del pasado, los controladores puedan manipular nuestra creación del futuro hacia uno en el que conserven e incrementen su poder.
Desde luego, la ciencia moderna no reconoce este gran cuadro de la historia porque, según su punto de vista, no existe evidencia suficiente para mantenerlo. O más bien, su versión aceptada de la historia está construida a partir de falsas suposiciones, basadas en evidencias incompletas, que han llegado a estar tan profundamente arraigadas en las mentes de los arqueólogos que cuando descubren algo que no encaja con su versión de la historia, o bien lo mantienen oculto, y destruyen las evidencias, o salen al paso con una excusa para explicarlo como si fuera cualquier otra cosa.
Lo hacen así para evitar perder sus puestos trabajos, además de ser tildados de locos o de impostores si osan proponer una idea, juzgada imposible por otros arqueólogos y científicos de mente cerrada.
Esta ignorancia no es un accidente; más bien es el resultado intencionado de un “alto” sistema educativo que anima la supresión de la verdad. Las universidades y organizaciones científicas reciben subvenciones sólo para investigar aquello que sirve al Sistema de Control negativo (“Sistema de Control”) que impregna nuestro mundo.
Mientras la gente crea que la humanidad ha progresado continuamente desde los primitivos cavernícolas, hasta la moderna civilización tecnológica, sin reveses cataclísmicos, continuará sintiéndose segura para el futuro, y depositará su confianza y esfuerzo en sus actuales estilos de vida, porque el futuro vendrá para recompensarles.

Pero si descubriera que hace doce mil años, una civilización avanzada fue repentinamente barrida, y que lo mismo podría sucederle a nuestra civilización en cualquier momento, su fe en el futuro se debilitaría. En lugar de sacrificarse a sí mismos por las promesas económicas de la granja de energía, para que un día puedan recoger sus fondos de pensiones y disfrutarlos, podrían cambiar sus prioridades y hacer lo que les hace felices ahora en lugar de más adelante.
También conduciría a plantearse preguntas tales como:
  • ¿qué tecnología utilizaban los antiguos, y cómo funciona?
  • ¿por qué se ha escondido la verdad durante tanto tiempo?
  • ¿cuánto tiempo tenemos antes de que la Tierra sufra otro cataclismo?
Incluso el conocimiento de cómo construyeron los antiguos las pirámides, o propulsaban sus artefactos voladores, podría conducir a pavorosas consecuencias si empezásemos a utilizar esas tecnologías, en lugar de seguir pagando a las empresas eléctricas o petrolíferas por su energía, o a la industria aeronáutica por sus viajes.
Por encima de todo, significaría el debilitamiento del Sistema de Control.
Por eso es que la verdad ha sido fuertemente suprimida, para mantener las cosas estables y predecibles.


Fuente: bibliotecapleyades.net