Anunnakis : Glándula Pineal
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lunes, 10 de febrero de 2014

¿Quieres despertar el tercer ojo?


¿QUÉ ES EL TERCER OJO?



El tercer ojo es la puerta que abre al espacio de la conciencia  a los mundos interiores. También es el principal órgano para gobernar y poder despertar el cuerpo de energía. Así pues, en la práctica el tercer ojo actúa como un “conmutador” que puede activar frecuencias más elevadas del cuerpo de energía y, en consecuencia, conducir a estados de conciencia más elevados.

miércoles, 5 de junio de 2013

La estrecha relación entre la Glándula pineal y el sol



Sobre la influencia de las tormentas solares en la psicobiología humana, los neurotransmisores que secreta la glándula pineal, el simbolismo del tercer ojo, su relación con el Sol y el misterio del Ojo en la Pirámide

La relación entre la glándula pineal y el Sol es un emblema de la relación entre el hombre y el cosmos. Probablemente uno de los ejemplos más estimulantes y significativos del principio hermético más citado en el ámbito de la esoteria: “cómo arriba, es abajo” (la holofrástica de la existencia). Un principio de correspondencia que pese a ser el fundamento cognitivo de la “ciencia” antes de la ciencia, es decir de los padres de la ciencia (de personajes como Paracelso, Giordano Bruno y el mismo Isaac Newton, quien hizo una traducción de la Tabla Esmeralda), ha sido relegado al terreno de la superstición o del pensamiento mágico; relumbrando herejía en la estructura racional de la mente científica. Sin embargo, hoy en día tenemos evidencia “científica” que sugiere convincentemente que el cosmos –”el mundo de las esferas”—tiene una influencia en la psicobiología humana.  Y la clave para entender esta “influencia”, no ya sólo desde el plano simbólico de la astrología, es la glándula pineal, ese gran misterio de la psique.

jueves, 30 de mayo de 2013

La Glándula Pineal, la gran manipulada


REGENEREMOS LA PINEAL


La glándula pineal produce un compuesto llamado DMT Dimity triptamina, el alucinógeno más potente conocido hasta ahora. El DMT es responsable de la visualización de imágenes en estado de sueño, es tan potente que puede llevar la consciencia del hombre a través de viajes en el tiempo y las dimensiones. En el estado inmediato antes de la muerte, se produce gran cantidad de DMT, por eso se le atribuye la capacidad de ingresar la consciencia en dimensiones superiores observando seres desencarnados y ángeles luminosos. 


La DMT logra estados místicos espontáneos, al nacer, en estado de reposo y al desencarnar activando la clarividencia. Para algunos la energía pránica o de la vida circula dentro de la glándula Pineal y es una antena receptora que incluso puede llevarnos al pasado y al futuro

martes, 7 de mayo de 2013

Ejercicios para tu Glándula Pineal o tercer Ojo

Nos envía al correo nuestro amigo Enrique Moreno. Un ejercicio muy practico para estimular nuestra glándula pineal o tercer ojo. Consta de mirar las imágenes en un punto fijo prácticamente a la altura de la nariz, para que nuestro cerebro consiga recrear una tercera imagen. 

En Youtube hay varios ejercicios similares para estimular esta importante glándula y a la vez tan anónima.
Activando esta glándula se incrementaran los sentidos, la intuición y la concentración del individuo en cuestión  También ayuda a bastantes cosas más, como por ejemplo para la meditación o conseguir estados alterados de consciencia.

lunes, 28 de enero de 2013

Enseñanza del tercer Ojo o Glándula pineal

Aquí os dejo un video sobre el porqué se nos oculto la enseñanza del tercer ojo o glándula pineal.


viernes, 27 de julio de 2012

El Ojo en el Cielo: La conexión magnética entre el Sol y la glándula pineal

Sobre la influencia de las tormentas solares en la psicobiología humana, los neurotransmisores que secreta la glándula pineal, el simbolismo del tercer ojo, su relación con el Sol y el misterio del Ojo en la Pirámide



La relación entre la glándula pineal y el Sol es un emblema de la relación entre el hombre y el cosmos. Probablemente uno de los ejemplos más estimulantes y significativos del principio hermético más citado en el ámbito de la esoteria: “cómo arriba, es abajo” (la holofrástica de la existencia). Un principio de correspondencia que pese a ser el fundamento cognitivo de la “ciencia” antes de la ciencia, es decir de los padres de la ciencia (de personajes como Paracelso, Giordano Bruno y el mismo Isaac Newton, quien hizo una traducción de la Tabla Esmeralda), ha sido relegado al terreno de la superstición o del pensamiento mágico; relumbrando herejía en la estructura racional de la mente científica. Sin embargo, hoy en día tenemos evidencia “científica” que sugiere convincentemente que el cosmos –”el mundo de las esferas”—tiene una influencia en la psicobiología humana.  Y la clave para entender esta “influencia”, no ya sólo desde el plano simbólico de la astrología, es la glándula pineal, ese gran misterio de la psique.
Este acercamiento a este enigmático tema –sin duda una de las vetas centrales del misticismo humano—viene a colación de las recientes tormentas solares que han estado arribando al planeta con renovada intensidad, como generalmente ocurre en julio, pero marcando esta vez una especie de despertar dentro del ciclo de 11 años de nuestra estrella central. La posibilidad de que nuestro estado de ánimo e incluso nuestro estado de salud general se vea afectado por una emanación de partículas energéticas en el Sol hace algunos años les habría parecido como una aberración o un anatema a la mayoría de los científicos; hace cientos de años, les habría parecido como algo completamente natural e ineludible. Hoy en día algunos estudios, y sobre todo un entedimiento del funcionamiento de los campos magnéticos y de la glándula pineal, muestran claramente que las llamadas tormentas solares inciden en nuestro estado de ánimo y en nuestro comportamiento.
El efecto de las tormentas solares en tu cerebro

El prestigioso sitio de divulgación científica New Scientist publicó hace 4 años un artículo en el que se citan una serie de estudios que investigan la relación entre las tormentas solares, el geomagnetismo y el comportamiento humano. Particularmente interesante es el trabajo del científico ruso Oleg Shumilov, quien, partiendo de la premisa de que muchos de los animales son sensibles a los campos magnéticos (¿y por qué no el ser humano?), investigó la afectación del geomagnetismo en la psique humana. Shumilov correlacionó datos de la actividad geomagnética de 1948 a 1997 y descubrió que durante los picos de actividad, de marzo a mayo, en julio y en octubre –detonados por tormentas solares– había un incremento paralelo en el número de suicidios en la ciudad de Kirovsk (un estudio en Australia y otro en Sudáfrica replicó el hallazgo de Shumilov).
Otro estudio, realizado por Michael Rycroft, ex director de la Sociedad Europea de Geociencias, encontró una correlación entre perturbaciones cardiovasculares y perturbaciones geomagnéticas. Según Rycroft, problemas de salud geomagnéticos afectan hasta al 15% de las personas (así que tal vez tú seas una de ellos, por si querías descubrir el algoritmo de causas y efectos que determinan tu estado de salud  actual).
Tal vez no sea la Luna (o por lo menos no sólo ella), también magnética, la que nos altera las hormonas y desquicia. Un estudio publicado en el British Journal of Psychiatry (todos estos estudios pueden ser consultados en el link a New Scientist) muestra un incremento del 36.5% en hombres admitidos a un hospital por depresión en la semana posterior a una tormenta geomagnética.
¿Cómo es que estas llamaradas solares, también responsables de los sublimes fuegos de plasma de las auroras, nos afectan tanto?  Al parecer se debe a que alteran nuestra producción de melatonina, un neurotransmisor que se produce en la glándula pineal, responsable de regular nuestro patrones de sueño y biorritmos. Según la psiquiatra de la Universidad de Columbia, Kelly Posenr, la actividad geomagnética puede “desincronizar los ritmos circadianos y la producción de melatonina”.
La  glándula pineal es una glándula endócrina que yace entre los dos hemisferios cerebrales, a la altura del entrecejo. Aunque no se conoce bien a bien su funcionamiento –hasta hace poco más de 50 años se pensaba que era un excedente de la evolución sin una función determinada, acaso solamente el centro de numerosas especulaciones. Hoy sabemos que  por lo menos produce melatonina, una hormona cuya producción se ve afectada por la luz. La oscuridad, por ejemplo, hace que se secrete melatonina –y es por esto que nos es más fácil dormir en la oscuridad (pero en realidad diferentes longitudes de onda de luz hacen que se secrete melatonina en diferentes frecuencias). Esta hormona juega un papel también en el  trastorno afectivo estacional (“la depresión invernal”); interactúa con el sistema inmunológico, tiene propiedades de antienvejecimiento y sirve como antioxidante.
Añadir leyenda
Si bien es importante recalcar que para la ciencia actual la glándula pineal es todavía una región relativamente inexplorada, sabemos que contiene vestigios de una retina y parece operar como transductor magnético. Las células pinealocitas en muchos vertebrados no-mamíferos son similares a las células de la retina (algunos reptiles cuentan con un tercer ojo parietal fotosensible que les permite usar al Sol como compás; las aves son capaces de “ver” el campo magnético a través de fotorecpetores que se encuentran en la glándula pineal ). Algunos científicos creen que las células pineales en todos los vertebrados comparten un ancestro  evolutivo en común con las células retinales (no es quizás casualidad que la glándula pineal históricamente sea identificada con “el tercer ojo” o con un ojo dormido, literalmente parece que es un tercer ojo dormido).
Aunque las producción de melatonina en la glándula pineal podría estar determinada por una conexión con los nervios ópticos, es interesante explorar la posibilidad de que esta pequeña glándula en forma de cono de pino tenga, en sí misma, una cierta capacidad fotoreceptora y magnetorecpetora. Recientemente se ha descubierto la presencia de minerales ferromagnéticos (es decir que pueden actuar como magnetos) en la glándula pineal. Un estudio realizado en la Universidad de Ben Gurion, en Israel, encontró la presencia de microcristales de calcita en la glándula pineal. Los autores del estudio señalan que “estos cristales podrían ser responsables de una transducción biológica electromagnética”, lo que es sugerido por su “estructura y propiedades piezoeléctricas”. ¿Son estos minerales los que interactúan con los campos geomagnéticos producidos por la lluvia de fotones del Sol que choca con la atmósfera de la Tierra?
La percepción del Sol Invisible
Hasta ahora hemos visto, desde una perspectiva científica, que la glándula pineal, a través de una sensibilidad –no del todo entendida– a los campos magnéticos, convierte la luz del sol en un determinado estado mental. Aquello que se genera a millones de kilómetros de distancia en la corona de una estrella acaba siendo parte de nuestra modulación psíquica (el Sol se convierte en tus pensamientos). Esto, a grandes rasgos, parece ser un razonamiento científicamente intachable. Esto de manera más sutil, es justamente lo que la filosofía mística (o ciencia oculta) lleva diciendo miles de años.
Si bien el descubrimiento de la afetación psicobiológica a los fenómenos astronómicos es una incipiente, y aún controversial, línea de estudio en la ciencia moderna, antiguamente incluso se tenía una disciplina específicamente dedicada a estudiar la patología humana y su relación con eventos astronómicos y movimientos planetarios (más allá de la astrología): las iatromatemáticas
Que la glándula pineal podía ser un órgano para percibir una luz invisible (un campo magnético, por ejemplo) fue claramente atisbado por el pensamiento védico. En los Upanishads se habla del ser humano como una entidad compuesta por 10 puertas. Nueve de ellas (los ojos, las fosas nasales, los oídos, la boca, la uretra, y el ano) llevan hacia fuera, a la percepción del mundo exterior. La décima puerta, el tercer ojo (ubicado en el  ajna chakra, en el entrecejo, en el caso de Shiva, entre una guirnalda de serpientes) es el puerto de acceso a los mundos interiores (al decir interiores la referencia es a las habitaciones interiores de la mansión de la mente de Dios, donde yacen los mundos superiores, las dimensiones astrales). El tercer ojo es siempre, a través de diversas culturas, la apertura divina –la visión holográfica–  dentro del ser humano.
En el Bhagavad Gita se habla de la apertura de esta puerta en el momento cúlmen:
Aquel que en el momento de la partida no distrae su mente y su amor, estando en el Yoga (en fusión con Ishvara [el Sol detrás de la oscuridad], con el Dios Creador, la Conciencia Primordial), quien abre el pasaje de energía entre los ojos – aquel obtiene el más Alto Espíritu Divino.
Según la filosofía vedántica advaita, el ser humano proyecta sus propios atributos en el Brahman, el supremo espíritu cósmico, de suyo inconmensurable. La aparición del infinito Brahman en la finita mente humana es conocida como Ishvara, también representado en el Bhagavad Gita como el Sol. De aquí  es posible extrapolar una relación intrínseca en la recurrente representación de la divinidad como el Sol en la mente humana, de la luz como lo divino.


La evolución religiosa de esta relación entre la glándula pineal y el Sol (una relación del hombre como imagen de Dios) tiene un claro hito en Egipto. Aquí tenemos una serie de repersentaciones que parecen indicar que los egipcios tenían conocimientos de la glándula pineal asociados con un tercer ojo, u ojo espiritual. Por una parte tenemos la representación como un ojo único de Horus, el dios del Sol, hijo de Osiris e Isis (“el hijo del nuevo eón”) y como tal símbolo de la fusión de los opuestos –al igual que la glándula pineal yace en el centro del cerebro, entre los hemisferios y entre los dos ojos. Este símbolo parece haber evolucionado en el símbolo cristiano del Ojo de la Providencia (recordemos que Cristo es un avatar arquetípico de Osiris) y en el masónico del Ojo en la pirámide destruncada (el Ojo que Todo lo Ve). Ahí mismo tenemos el báculo de mando de Osiris, en el cual aparece un cono de pino con dos serpientes entrelazadas. Sin duda uno de los símbolos más poderosos de la historia, evocando el conocimiento, la medicina y  la alquimia –quizás en un preclaro atisbo, justamente a través de la visión interna, del ADN—y posiblemente también a la serpiente kundalini (una conexión entre Shiva y Osiris), la energía vital que se eleva desde los genitales hasta el trecer ojo y la coronilla, a su paso encendiendo y depurando los centros energéticos.
El cono de pino al parecer es un símbolo de la glándula pineal, activada a través del encauzamiento de la energía kundalini. La forma conífera de esta glándula hizo que se le llamara “pineal” o relativa al pino, según fue acuñado por el médico griego Galeno. La presencia del cono de pino puede observarse en el  báculo del 

Papa y en la misma Plaza de San Pedro, donde una inmensa estatua de cono de pino está rodeada de unos pavorreales (aves relacionadas con la divinidad en Egipto). Estos dos símbolos, el cono de pino y el ojo en un triángulo, aparecen en numerosas iglesias y templos alrededor del mundo. Por ejemplo, en la Catedral de la Ciudad de México puede observarse el Ojo de la Providencia en más de un altar y en los motivos pineales, que para el observador incauto podrían confundirse como meras decoraciones, en la estructura de la nave. Aunque también habría que decir que en la espiral que forman los conos de pino se ha observado la secuencia Fibonacci y la proporción del número áureo, así que además de esta connotación esotérica, tiene una armonía estética que podría atraer sin la necesidad de una significación oculta.
Es curioso que el padre del racionalismo –esa filosofía eminentemente atomista y dualista–, Rene Descartes, haya entrevisto, en lo que para sus críticos fue un delirio, un centro unitario espiritual en el cerebro humano. Descartes famosamente designó la glándula pineal como el asiento del alma. La paradoja es doble, el hombre que concibió el racionalismo (después de un revelador sueño) usó lo que a la postre parece ser más la intuición que el pensamiento racional para ubicar el tercer ojo. En todos los demás sitios Descartes encontraba la dualidad, menos en esta glándula pineal, la cual describió como una flama pura que era llenada por espíritus animales y la cual integraba la percepción humana. Este “gran error” de la anatomía filosófica de Descartes hoy en día parece como un destello de genio.
No pretendemos aquí comprobar la existencia del alma humana o que ésta se encuentra en la glándula pineal; sí buscamos formar conexiones significativas que inspiren a la exploración del simbolismo y del sentido de nuestra vida dentro del misterio. En este espíritu es interesante traer a colación el trabajo del Dr. Rick Strassman, una de las pocas personas que ha podido realizar estudios con dimetiltriptamina (DMT), una poderosa molécula de acción psicodélica que, según este médico de la Universidad de Nuevo Mexico, podría ser secretada por la glándula pineal y podría ser responsable de detonar lo que se conoce como experiencias cercanas a la muerte. Hay que enfatizar en que, pese a lo que a veces se dice, Strassman no ha probado que la glándula pineal genere DMT o que el ser humano lo secrete, muy similar en su composición a la serotonina, en el momento de su muerte. Sin embargo, Strassman sugiere que la glándula pineal cuenta con todos los precursores necesarios para generar DMT y es el asiento lógico de esta sustancia que por otro lado, como la melatonina, parece tener una relación con la generación de vívidas imágenes oníricas, parafraseando a Shakespeare, parece ser la “sustancia de la que están hechos los sueños”. 


Curiosame
nte la ayahuasca, “la viña de los espíritus”, está compuesta de dos plantas que parecen tener alcaloides que son secretados de manera natural en la glándula pineal. Por una parte la chacruna, la planta que contiene DMT, y por otro lado la liana Banisteriopsis caapi, que contiene alcaloides conocidos como beta-carbolinas, los cuales actúan como inhibidores de la monamina oxidada y hacen activo el DMT vía oral. Alcaloides beta-carbolinas como la pinolina y la triptolina se forman en la glándula pineal de manera natural. Chamanes y sanadores que utilizan ayahuasca sostienen que sus visiones no son alucinaciones, ¿acaso esto se debe a que químicamente se consigue activar el tercer ojo en la glándula pineal?
Esta relación entre los espíritus y la glándula pineal tiene otra conexión, que para algunos podría ser solo una casualidad, pero que para otros apunta a que lo que decía Descartes podría ser una inesperada verdad metafísica. En los textos del Bardo Thodol (o Libro Tibetano de las Muerte) se dice que el alma reside en el mundo intermedio (en el bardo) por 48 días y en el día 49 reencarna en el feto humano. Aparentemente la glándula pineal puede ser detectada el día 49 en el feto humano,  más o menos el mismo tiempo al que se puede observar por primera vez los genitales de un bebé. Esto ha sido tomado, de manera especulativa y sin base científica, como una especie de guiño de que es a través de la glándula pineal que el alma –o aquella porción divina que posee al cuerpo—entra al mundo.  De cualquier manera merece una investigación más profunda.
Buena parte de las prácticas de meditación que conocemos, inundadas sin duda de la filosofía new age que transforma las viejas tradiciones en cómodas versiones pop que se ajustan a nuestra idiosincracia moderna occidental, se centran en la activación o al menos en la concientización de la glándula pineal (tercer ojo). Proliferan dietas, audiocassettes, canalizaciones, aparatos cuánticos y demás parafernalia ritualística dedicada a este “santo grial”  (o micro star gate) de la conciencia humana (algunos incluso aseguran activar tu glándula pineal por solo $9.99). Se habla al mismo tiempo de una supuesta conspiración mundial para mantener esta glándula en un estado de sopor masivo. Y ciertamente la mayoría de las personas adultas tienen la glándula pineal calcificada –algo que ha sido observado tempranamente en niños de hasta 2 años. Dentro de la teoría de la conspiración se cree que esto se debe al flúor que se utiliza en las pastas de dientes y que se ingiere en el agua potable de las ciudades –algo que aparentemente sería hecho de manera intencional por los Iluminati (¿quién más?) dueños  celosos del secreto del Ojo que Todo lo Ve,  para negar a las masas el poder de una glándula pineal sana (percibiendo el rostro verdadero) y activa en un mundo fantasmagórico, más allá de la ilusión de Maia-Matrix. No ahondaremos sobre este tema, harto complejo y pantanoso, que suele caer en la más obtusa paranoia; el lector puede aventurarse por su cuenta.



La pregunta fundamental es si el  tercer ojo, ubicado en la glándula pineal, esa puerta solar secreta en el cerebro humano, es solamente una metáfora de la iluminación (y de la aniquilación de la dualidad) o verdaderamente un órgano en estado de duermevela que puede activarse a través de ciertas técnicas arcanas y de una correcta interacción con la energía electromagnética que proviene del cosmos en la forma de fotones (la partícula que no tiene antipartícula, unidad cuántica de la información en su estado puro e indeterminado). Muchos de los grandes místicos de la historia de la humanidad han hablado metafóricamente de la iluminación haciendo referencia a un ojo que percibe lo que yace velado y que desencadena un cambio sustancial en la conciencia orgánica.
En el evangelio de Mateo (6:22) se dice  “La luz del cuerpo es el ojo; de esta forma a si tu ojo es uno, todo tu cuerpo estará lleno de luz”.
Se le atribuye a Buda haber dicho “Oh hombre de nobleza,  recuerda el cielo puro abierto de tu naturaleza verdadera. Regresa a él. Confía en él. Es tu hogar”, lo que se interpreta como una metáfora de la (re)apertura del tercer ojo –también simbolizado como una perla de luz azul.
William Blake en su poema Augurios de Inocencia, donde también describe un fractal (un mundo en un grano de arena) también habla sobre este misterioso ojo: “We are led to believe in a lie, when we see not though the Eye”. Una mentira nos guía cuando no percibimos con el Ojo, el Ojo que nació “cuando el alma dormía en rayos de luz”. ¿El Ojo que ha sido secuestrado por fuerzas oscuras?
Sir Thomas Browne lo evoca tangencialmente en una frase que siempre me ha parecido hermosa y enigmática: “Life is a pure flame and we live by an invisible sun within us” (“la vida es una flama pura y vivimos como por un sol invisible dentro de nosotros”). Ese sol invisible, en una interpretación libre, debe de ser el ojo secreto que participa en la luz divina.
Una última pincelada de esta relación entre el ojo y el Sol, según los Brahma Sutras, cuando un hombre es llevado más allá de la muerte “la palabra se convierte en fuego e ilumina, la respiración se convierte en viento y purifica, y el ojo se convierte en el Sol y arde”.
El misterio está cifrado en el lenguaje de los símbolos. La trinidad entre el Ojo, el Sol, y Dios es uno de los andamios simbólicos más profundos y enigmáticos.  Podemos hablar mucho sobre esta relación y hasta encontrar destellos poéticos de iluminación verbal, pero  no estaríamos más que rodeando una representación, sembrando un laberinto. Si queremos comprender el secreto de este misterio, tendremos que probar con nuestro propio cuerpo abrir ese ojo interno. Todo lo demás será solamente reciclaje metafísico en torno a un espejo, donde hay un ojo atrapado que no puede mirarse a sí mismo. O donde alguien cuenta una historia sobre una supuesta sociedad secreta que se hace llamar “los Iluminados”.

martes, 20 de diciembre de 2011

Más sobre la Glandula Pineal (Tercer Ojo)

Nadie sabe a ciencia cierta qué hacer con la glándula pineal.
Esta glándula (guisante en forma de cono) está situada en el techo del tercer ventrículo del cerebro, directamente detrás de la raíz de la nariz, flotando en un pequeño lago de líquido cefalorraquídeo.
Debido a que está situado en el centro del cerebro, los neurocirujanos y radiólogos han encontrado que es un buen punto de referencia muy útil para la cirugía del cerebro.
Pero hasta hace relativamente muy poco tiempo, era tema de mucha tradición como portal hacia el alma o hacia el reino superior, la válvula de la memoria, un vórtice de energía, la clave principal de fluidos vitales e incluso el origen de las enfermedades mentales.
Fue el filósofo René Descartes, quien primero se apropió de la idea de que la glándula pineal es el asiento del alma, un punto de encuentro único entre el cuerpo y el alma.
En los tiempos modernos, la glándula ha sido vista como sobrante, consignada a la papelera neurológica y considerada por la comunidad científica como un sobrante o remanente de la evolución, el apéndice del cerebro.
En todos los vertebrados superiores, incluidos los seres humanos, la glándula pineal segrega melatonina. La producción de esta hormona es estimulada por la oscuridad e inhibida por la luz.
La pineal ha sido llamada el transductor foto-neuroendocrino, a través del cual, una señal neuronal con información ambiental es convertida en un mensaje químico – en este caso, para activar o desactivar la producción de la melatonina.

Reloj Maestro

La melatonina actúa como un tipo de reloj maestro que regula el sueño o la vigilia, y retarda el proceso de envejecimiento, la regulación del crecimiento e incluso el mantenimiento de la estabilidad mental.
Aunque los científicos se dan cuenta que la glándula pineal es sensible a la luz, siempre se ha asumido que la luz o la oscuridad entra, como de costumbre, a partir de los receptores de los conos en la retina del ojo y se abre su camino hacia la glándula por medio de los nervios simpáticos.
La sabiduría convencional es que un pequeño porcentaje de los impulsos del nervio óptico son desviados a la glándula pineal desde la vía visual, y es esta entrada la que controla la producción de melatonina.
La investigadora Serena Roney-Dougal ha recolectado algunas de las investigaciones más convincentes dentro del medio biológico por el cual el flujo geomagnético de la tierra pudiera causar que la glándula pineal nos permita físicamente “sintonizarnos”.

Glándula Psicodélica

Además de la melatonina, la glándula pineal también produce los químicos ‘neuromoduladores’ – llamados beta-carbolinas – que afectan al cerebro. Los Beta-carbolinas son a la vez inhibidores de la MAO (monoamino-oxidasa), así como también inhibidores de la recaptación de serotonina, lo que significa que impiden el colapso de la serotonina, inhibiendo su captación dentro de las sinapsis del cerebro.
Esto es similar a lo que los médicos afirman que es la acción de inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS), como el Prozac.
Alguna evidencia también sugiere que la pineal puede fabricar una sustancia alucinógena llamada 5-methoxydimethyltryptamine (5-metoxi-DMT) de la melatonina. Lo que podría ser el resultado es una reunión común de estas aminas en la sinapsis del cerebro, provocando reacciones que son similares a las alucinaciones inducidas por las drogas.
La opinión actual es que los neuromoduladores necesitan 5-metoxi-DMT y DMT para funcionar y que, mediante el bloqueo de la MAO, la glándula pineal regula y aumenta la concentración de serotonina. Esta función reguladora de bloquear un químico y promover otro se piensa que es el catalizador para los sueños.
Varios hechos sugieren que la producción de serotonina y melatonina pueden estar, de alguna manera involucrados en los fenómenos psíquicos. En primer lugar, muchas sustancias alucinógenas son parientes químicos de aquellas producidas por la glándula pineal.
El Yage, o ayahuasca, una bebida ceremonial hecha por algunas tribus del Amazonas para producir efectos psíquicos de sanación, clarividencia y precognición, se producen a partir de cepas nativas (Banisteriopsis caapi), que son químicamente casi equivalentes a la 5-metoxi-DMT en los seres humanos.

Sintonizando y Captando

Cuando la glándula pineal es estimulada geomagnéticamente, produce sustancias químicas que son similares a estas plantas alucinógenas, que contribuyen a alterar la conciencia. Otros estudios muestran que las drogas psicodélicas alteran los niveles de melatonina y serotonina, lo que resulta, en algunos casos, en psicosis.
Así que, ¿cómo podrían las fluctuaciones geomagnéticas de la tierra afectar estas sustancias químicas cerebrales?
Los investigadores han encontrado que los campos electromagnéticos y geomagnéticos afectan en gran medida la producción y la actividad de la enzima hidroxiindol-O-metiltransferasa (HIOMT). Esta enzima es la que está implicada en la producción de melatonina y, posiblemente, de la 5-METHOXYTRYPTAMINE (5-MT). Cualquier cambio en el campo magnético puede producir cambios en la actividad de esta enzima.
Estudios en animales han demostrado también que cualquier cambio importante en el campo magnético ambiental – ya sea aumentado o disminuido – inhibirá la producción de HIOMT. Otra investigación muestra que la serotonina N-acetiltransferasa, la enzima implicada en la producción de melatonina, se encuentra fuertemente afectada por campos electromagnéticos.
Si este fuera el caso, dice Roney-Dougal, cualquier cambio importante en el ambiente del campo magnético terrestre produciría una avalancha de alucinógenos naturales en nuestros cuerpos, que nos permitiría ser psíquicamente más receptivos.

Actividad Psíquica

Una serie de fascinantes estudios muestran algún tipo de correlación entre la actividad geomagnética y un aumento en los sueños o la actividad psíquica.
En uno de esos estudios, el famoso parapsicólogo Stanley Krippner estableció un laboratorio de sueños, donde algunos participantes dormían en una habitación mientras que otros participantes intentaban “enviar” ciertas imágenes, con la esperanza de que estas imágenes se incorporasen a los sueños de los participantes que dormían.
Al despertar, los durmientes tuvieron que describir sus sueños en gran detalle, para determinar si había alguna correlación con las imágenes de destino que habían sido “enviadas” durante sus sueños.
La actividad geomagnética global fue rastreada durante 20 de las noches en las que un participante del estudio fue el soñador destinatario. En este caso, se constató que, durante las noches de menor actividad geomagnética, el soñador había tenido una exactitud significativamente mayor recogiendo las imágenes de destino.
Es muy posible que nuestro potencial humano sea mayor cuando estamos en armonía con la tierra y el sol.
Las culturas tradicionales han tenido mayor comprensión de esta armonía energética, y nosotros haríamos bien en aprender de ellas.

martes, 20 de septiembre de 2011

Glandula Pineal , más Información

La glándula pineal, o epífisis, es un órgano atrofiado del tamaño de un piñón situado justo en el centro geométrico de nuestro encéfalo. Hasta hace poco se la consideraba un residuo procedente de fases anteriores de nuestra evolución, un vestigio sin utilidades importantes en nuestra actual fase evolutiva. Sin embargo, los últimos descubrimientos científicos, unidos al cada día más popular asunto de lo ultradimensional, la han puesto de moda.
Hoy sabemos que su misión biológica es la secreción interna de melatonina, hormona cuya cantidad disminuye con la edad y que está relacionada con la regulación de los ciclos de vigilia y sueño (ritmos circadianos) y con los procesos de la pubertad, además de ser un poderoso antioxidante y participante en la apoptosis de células cancerosas en el timo.
Es una glándula fotosensible, es decir, responde a las variaciones de luz que se dan a nuestro alrededor. De esta manera, se activa en la oscuridad para segregar melatonina, la cual nos induce a un estado de calma e introspección.
De todos es sabido que la circulación de hormonas por nuestro organismo provoca una serie de emociones y sensaciones concretas. Las sustancias endorfinas segregadas por la glándula pineal nos ayudan a entrar en un estado de conciencia más íntimo provocado por la sensación de tranquilidad que aporta la melatonina.
Esta segregación de endorfinas permite disminuir y relajar los sentidos, lo que se refleja en  el cuerpo mediante una reducción del glucógeno en la sangre, induciéndonos al sueño y llevándonos a un estado de duermevela. Al ser éste un estado en el que la actividad cerebral está bajo mínimos, reduce las interferencias del mundo externo y la concentración sobre uno mismo es superior. Esto, a nivel práctico, nos permite distanciarnos de los problemas y observarlos con una nueva perspectiva, por lo que la mayoría de nosotros lo aprovechamos para reflexionar y repasar los acontecimientos cotidianos, encontrando a veces respuestas y soluciones que sin esa calma y concentración nos resultarían difíciles de intuir.
Más allá de su capacidad fotosensible, los últimos estudios científicos insisten en que la glándula pineal es también un magnetorreceptor, es decir, resulta sensible a los campos magnéticos y transforma sus ondas en estímulos neuroquímicos.
El profesor José Luis Bardasano, de la Universidad de Alcalá de Henares, es uno de los mayores especialistas en temas relacionados con bioelectromagnetismo. En su ponencia “Electromagnetismo, glándula pineal y salud pública” nos dice que
En el organismo existen dos sistemas de comunicación: el de base química y el de base eléctrica. En el primero (sistema endocrino), las señales de información (mensajes) son las hormonas que se transmiten a través de canales de información: vasos sanguíneos, vasos linfáticos, canal neural, etc. alcanzando los órganos diana o efectores. En el segundo (sistema nervioso) las señales son electromagnéticas y poseen una red de distribución con centros y ”subestaciones” que asienta sobre las células neuronales (neuronas) alcanzando los músculos, corazón, glándulas, etc.. Éstos dos sistemas han evolucionado paralelamente y colaboran mutuamente desde sus orígenes en perfecta armonía cronobiológica (la cronobiología es la ciencia que estudia los ritmos). Los ritmos y ciclos que en estos dos sistemas se suceden están coordinados por la “glándula pineal”.
Para el profesor Bardasano, la luz es el temporizador o sincronizador principal de los ciclos vitales, mientras que los campos electromagnéticos constituyen el sincronizador adicional. Los estudios realizados han llevado a concluir que las alteraciones electromagnéticas, al igual que lo hace la luz, interrumpen el proceso de secreción de melatonina. Una exposición continuada y la consiguiente reducción de actividad en la glándula pineal provoca casos habituales de fatiga,estrés, trastornos del humor, trastornos del sueño, rendimiento profesional disminuido, depresión e incluso riesgos de padecer cánceres como el de mama.
Según Bardasano, no sólo hemos de tener cuidado con las alteraciones provocadas por los campos electromagnéticos artificiales (antenas, telefonía, radares, etc.), sino también con las variaciones de los campos magnéticos naturales, como pueden ser las provocadas por fuertes tormentas solares. Así, la glándula pineal sería receptiva no sólo a las ondas emanadas del campo geomagnético, sino a otras tan importantes como la resonancia Schumman, las micropulsaciones de origen cósmico y cualquier campo ELF o de baja frecuencia en general.
Desde un punto de vista espiritual, las doctrinas esotéricas de Oriente se refieren desde hace milenios a la glándula pineal como un tercer ojo capaz de hacer consciente la realidad espiritual del ser humano, el punto de unión entre el mundo físico y las dimensiones superiores del universo. Precisamente por esa situación de introspección que nos proporcionan los estados de duermevela o semivigilia a los que hacíamos referencia, éstos se hacen altamente apropiados para conectarnos con el mundo inconsciente, ya sean nuestros propios recuerdos, la memoria colectiva y quién sabe cuantas posibilidades más que sólo el entrenamiento nos permitiría descubrir.
La segregación de melatonina se reduce drásticamente a partir de los siete años de edad, período en el que también tienen lugar otra serie de cambios en la estructura cerebral. Este hecho ha llevado a muchos a interesarse por la posible vinculación entre tales cambios y las capacidades psíquicas de muchos niños de menor edad, entre ellas la del controvertido fenómeno de los “amigos imaginarios”. Siguiendo con estos asuntos, el profesor Sergio Felipe de Oliveira, neurocientífico de la Universidad de Sao Paulo, lleva años investigando casos de tipo extrasensorial y de clarividencia. Según él, las capacidades mediúmnicas estarían relacionadas con la presencia de mayor o menor cantidad de cristales de hidroxiapatita en la epífisis.


Ebook:”El libro de la serenidad”, Ramiro Calle

Sea como fuere, parece claro que mediante la disciplina y la práctica contínua, la activación de la glándula pineal se convierte en el camino para acceder a experiencias que nos hacen darle otro sentido a la vida y darnos cuenta de que no todo se mueve bajo las reglas de lo material y lo lógico, sino que hay otros mundos tan reales o más que el que alimentamos contínuamente.
Y si no queremos ir tan lejos, tampoco parece poca recompensa el poder acabar con el estrés diario, evitar problemas cardiovasculares y obtener cierta serenidad para ver las cosas desde una perspectiva más positiva, todo lo cual nos lleva a establecer con los demás relaciones más armónicas y sensibles que mejoran sobremanera nuestra calidad de vida. De cada cual depende el uso que le quiera dar y hasta dónde quiera llegar en el intento.

viernes, 1 de julio de 2011

Tercer Ojo o Glándula Pineal

Tercer Ojo es también dicho como Glándula Pineal. Es una glándula situada cerca de la frente y se encuentra dentro de nuestro cerebro.
Desde tiempos inmemoriales se ha tenido constancia de esta glándula y de sus efectos en los seres humanos.Es una de las grandes claves de nuestro cuerpo que no conocemos. Ees nuestra puerta interior para conseguir llegar a nuestro ser "Superior" de consciencia.
De hecho existe una retina en esta glándula. Tan solo se ha de saber activar.. Os dejo unos videos documentados de Youtube realmente interesantes. Hablans obre este tema, sobre el 2012,etc